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Poniendo el cuerpo: Creatividad como instrumento de lucha | Entrevista con Danitza Luna, de Mujeres Creando (Spanglish)

14th August 2023

This text is part of Anahí Saravia Herrera’s commission Embodying Resistance/Encuerpando Resistencia: unfinished reflections from the Bolivian territory – see the full commission with further interviews and texts here

Mujeres Creando is an anarcho-feminist movement based in Bolivia (across many different cities, but with the strongest roots in La Paz). It is a group completely independent of the state, the church, and the NGO industrial complex and has been running for more than 30 years. It takes feminism as a tool for societal transformation, and rejects the liberalization of the feminist struggle for the fight of “women’s rights”, instead taking more radical aims to completely topple patriarchal, capitalist and colonial structures of power. The collective is known for creative actions that take place across the city, as well as for providing legal services for women through Mujeres en Busca de Justicia (Women in Search of Justice), running Bolivia’s only feminist radio Radio Deseo, taking care of a cooperative space Virgen de los Deseos where they host a cafeteria, library and cultural programme, and supporting all kinds of independent self organzing by women fighting for justice. They work with those specifically at the sharpest edge of state violence, the ones that suffer the most oppression and get access to the least support: indigenous women, street vendors, sex workers, domestic workers, transwomen, in short “las mujeres mas jodidas”/ “the women that are most fucked”. Whilst the group is known for their creative interventions, they maintain their status as political agitators and organizers first, using creativity as a tool for their struggle. Their actions are some of the most emblematic feminist interventions that have happened in cities around Bolivia – often using their bodies to take back public space. In the words of María Galindo, the founder of Mujeres Creando: 

“No somos un grupo ‘artivista’, porque en Mujeres Creando hay una cantidad incontable de ocupaciones ajenas al arte relacionadas con la producción de justicia, con la habilidad de sobrevivencia colectiva y con la construcción de una relación conflictiva de diálogo y provocación con la sociedad a la que pertenecemos.[…] Nos identificamos y reconocemos colectivamente como movimiento anarcofeminista que ha desarrollado una serie incontable de metodologías de trabajo, algunas de las cuales han sido ocasionalmente recuperadas por ‘el mundo del arte’ y han sido reconocidas como artísticas, aunque su matriz ha sido siempre de la política.”  Feminismo Bastardo (p.116),  María Galindo 

“We are not an ‘artivist’ group, because in Mujeres Creando there is a countless number of occupations outside of art, related to the production of justice, to the ability to survive collectively and to the construction of a conflictive relationship of dialogue and provocation with the society to which we belong. […] We identify and recognize ourselves collectively as an anarcho-feminist movement that has developed an uncountable series of working methodologies, some of which have been occasionally recognized by “the art world” and have been recognized as artistic, although their matrix has always been political.”

To talk through their creative political practice, I interviewed Danitza Luna, a core member of Mujeres Creando, who has a background in art and who now impulses their political work with her creative critical perspectives. I met with Danitza in La Paz at Virgen de los Deseos in December 2022.

Note on translation and the final research: 

As someone with access to both Spanish and English, this research has happened across both as well as through local dialects. The final works are edited versions of our conversations, which took place in Spanish with interjections in slang, Aimara and Quechua. The original version of this final text is in Spanglish, with my reflections in English. I have also provided a full English translation. The texts in Spanish were edited with the support of Camilla de la Parra, who also consulted on the translation.

See the English version of the text, with an untranslated conversation, HERE.


Anahí: ¿Me puedes contar cómo encontraste y a involucrarte con Mujeres Creando? 

Danitza: Nosotras existimos desde hace treinta años. Yo estoy así, en persona, desde hace como once. En un principio, yo era una de las nuevitas, preguntando: “¿Qué hay que hacer?, ¿Qué hay que aprender?” Y ya después me di cuenta que han pasado once años. Mucho tiempo.

Por aquí ha pasado también mucha gente, no somos un movimiento estático porque hay veces que compañeras tienen que interrumpir un momento. También hay compañeras que nos dejan, hay compañeras que persisten. Pero antes eran todavía mucho menos. [Hablando de compañeras que han estado más tiempo] Julieta Ojeda está casi desde el inicio, María Galindo fundó esto, Helen Álvarez que está aquí llevando una lucha fuerte por el femicidio de su hija, Emiliana Quispe que también lleva más años que yo, y bueno, ya venimos la otra generación. 

La radio tiene un poco más años que yo, debe estar por los catorce o quince años. Yo llegué personalmente por la radio: escuché el programa de María en la radio, y las escuchaba y decía: “¿Quiénes son estas mujeres?”

Graffiti by Mujeres Creando, ‘No es entre collas y cambas, es entre patriarcas fascistas’ (It’s not between collas and cambas, it’s between patriarchal fascists). Image from the Mujeres Creando Facebook.

Anahi: Y en ese momento, ¿ya eras feminista?, ¿ya conocías de política? ¿o ese fue tu momento de politización?

Danitza: No, te cuento. Para nada. O sea, justamente, fue un proceso bien intuitivo. Porque yo no venía de ningún movimiento. Ni siquiera entendía bien la palabra feminismo. En esta cuestión del feminismo intuitivo1 había cosas que una mujer en este país (y en cualquier lado) notas, ¿no? Como que algo es diferente para ti siempre, ¿no? ¿Por qué yo, por ser mujer, tengo que cargar con este trabajo extra, esta carga extra? O ¿por qué gana el otro más que yo? Sí, tenía esa noción, pero jamás entendía la palabra feminismo. 

Y cuando las escuché en la radio, a mí lo único que me llamó a venir acá es que eran super coherentes y estaban haciendo cosas bien concretas. Y también el arte me atrajo acá porque María ya era conocida por haber hecho varias acciones muy muy fuertes aquí en La Paz. Yo estaba apenas empezando mis años en la universidad, estaba en esa época donde [dices: “¿Para qué estudié esto]? ¿Qué voy a hacer con mi vida? ¿Y ahora?” Entonces, en ese momento estaba curiosa de buscar muchas respuestas y justo caí aquí y fui tomando participación en pequeñas tareas.

Poco a poco, me fui familiarizando con la cuestión teórica del movimiento, las propuesta del movimiento, y también contrastar con otras cosas que yo veía alrededor de la palabra “feminismo” acá. Yo entiendo lo que debes ver allá en Inglaterra, en realidad la imitación mala de lo que hacen allá, la traen acá y acá hacen básicamente una tarea de lo que es la lucha feminista, sobre todo las ONGs. Y es algo que nosotras llamamos tecnocracia de género, que es una manera de categorizar y diferenciarnos de ese tipo de prácticas, ¿no? Porque, lamentablemente, hay una complicación innecesaria de los términos de las teorías feministas. Hay una exquisitez alrededor de [volver el feminismo] muy académico que justamente es lo que pasa allá en Inglaterra, ¿no? Quieren que sólo las universidades manejen la teoría, quieren que el conocimiento feminista sea tan sofisticado que no muchas mujeres puedan tenerlo y que las mujeres de base (las que no tenemos tanto acceso), no podamos más que decir: “Bueno, estoy de acuerdo porque tú sabes más”. Eso es lo que estamos intentando no ser. 

Por eso, ya viendo más del lado artístico, yo lo estudié un poco más porque yo venía de una carrera de artes, ¿no? Yo estudiaba artes plásticas, terminé y saqué el dichoso título que no me sirve para mucho la verdad. (Se rie) Pero bueno, [pude contrastar] esas visiones del arte tan tradicional acá, que es la imitación de la academia en Europa, y era una decepción total para mí. Decía: “Ah, ser artista en este país es imitar, es repetir, es someterse, es trepar, es puro arribismo, puro clasismo”. Y si es así, yo no quiero ser artista. Yo no quiero que me relacionen con ser artista porque esa identidad social que se ha generado alrededor de eso no es para mí. Por eso, cuando vi que [en Mujeres Creando] hacían cosas más artísticas, más creativas, más interesantes, con más impacto, con más trasfondo teórico con más concepto, yo dije aquí hay algo valioso, aquí realmente puedo aprender mucho. Vine a aportar con lo que yo sabía. Y fue muy bueno porque ese proceso ya estaba avanzado, ya estaba abierto especialmente por la María, […] que tenía este camino abierto […] por el concepto brutal que ella propone y porque ese concepto lo trabaja no solamente a nivel teórico, sino también a nivel creativo-artístico. 

Thinking to her first time taking the streets with Mujeres Creando, Danitza told me about an action they put together for Mother’s Day. 

Danitza: Yo me acuerdo la primera acción que hice acá por el día de las madres, el de unas muñecas crucificadas, hablando de esa falsa moral alrededor del Día de la Madre. Entonces fuimos como en una especie de procesión donde estaban las cruces ahí y las madres crucificadas como muñecas. Repartimos un himno a la madre que era totalmente cambiado del himno oficial. Fue la primera vez que dijeron: “¿Quién va a participar? Anímese”. Y yo así, con todo mi miedo, dije: “¿Por qué no lo haces? Se necesitan chicas”. Fue muy bonito porque yo creo que también lo pensaron para que no sea algo muy fuerte y que la policía no venga y nos reprima. Fue algo bien suave. 

This was her first time encountering the public in first person – the next part of our conversation makes reference to political interactions on the streets of Bolivia and why this is such a politicized space. This is also a reflection on the current political landscape in which the current government MAS (Movimiento al Socialismo, previously run by Evo Morales) has coopted many collective movements and also disempowered independent civic-led spaces in service of the party’s agenda. This brought up an important point around what it means to take civic space, who we’re entering into dialogue with when we take the streets, and the legacies of political power we’re speaking to when we do this. Particularly, in a western context that often idealizes so-called leftist spaces in the Global South, it feels important to highlight the nuances of working independently within these territories and the struggles that continue to happen under “radical” governments whose priority often seems to perpetuate their power – despite having offices such as the Ministerio de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización/ Ministry of Cultures, Decolonization and Depatriarchalization, which in theory sound like something that the movement should be working with. In these contexts, it has been important for social movements to remain critical and independent of these government bodies, generating a more community-led anarchist critique based on their first-hand experiences as marginalized bodies living in these contexts. 

Danitza: Pero al mismo tiempo era confrontarte con la gente que mira y dice: “¿Qué es eso? ¿Por qué dicen eso?” Aquí la gente está muy politizada. Aunque digamos que no está al tanto de los términos políticos, la gente está pendiente de la cuestión política en este país. La gente se organiza colectivamente en Bolivia. Hay un sentido colectivo de autoorganización. Lo que en realidad quiere [el gobierno] es amañar eso, ¿no? O quieren dominar eso. Quieren capitalizar eso. Hay movimientos sociales que en su momento eran muy fuertes y que ahora ya no son ni la sombra de lo que eran. La COB2, lo que era la Defensoría del Pueblo3, que ya no existe, la CIDOB4 la han partido en mil pedazos. Hay un proceso jodido de cooptación de movimientos sociales y de división. Los propios movimientos sociales auto críticamente no saben decirse que ellos se han permitido cooptar. 

Y en ese contexto, nosotras muchas veces hemos discutido que básicamente somos de los 

pocos movimientos sociales que quedamos. Sosteniéndonos independientes, sosteniéndonos anarquistas. Sin depender, ni deberle nada a nadie.

Anahí: Una parte muy importante de su práctica son las intervenciones creativas que hacen: tienen los grafitis, las canciones de cumbia y también acciones más performativas como las que acabas de mencionar. Me interesa mucho la pregunta de por qué usar el arte en ámbitos políticos. ¿Cómo es que el arte ayuda a respaldar un trabajo político urgente? ¿Cómo llegaron a desarrollar esta práctica creativa?

Danitza: Con el tiempo me he estado dando cuenta que la cuestión del arte no es una cuestión accesoria a la lucha, ni decorativa, ni meramente estética. Es una cuestión bien entretejida con la política, ¿no? Muy entretejida con la cuestión manual también. [En Mujeres Creando] si quieres apoyarnos y también quieres beneficiarte y aprender, tienes que hacer trabajo manual. No tiene que darte miedo limpiar, lavar un plato, ayudar en la cocina. También puedes hacer trabajo intelectual o trabajo creativo, que es el trabajo al que yo más me voy. No soy abogada, no soy trabajador social, no sé nada de las leyes para poder ayudar a una mujer que está en una situación complicada. Pero sí puedo generar un impacto en el universo simbólico que nos oprime. Hay un universo simbólico muy jodido sobre las mujeres y con ese universo se reafirman muchas cuestiones injustas para nosotras. Con esas ideas tradicionales de qué es ser una “mujer”, ¿qué significa ser “mujer” en Bolivia? Una chola5, ¿por qué siempre tiene ser vista como trabajadora, como sacrificada, como asexual? ¿Ser la fea, la birlocha6, solterona? Hay muchos papeles aquí, porque es un universo sobre nosotras que siempre es disciplinario para todas, ¿no? Hay un universo en el cual yo puedo generar una incidencia política, a partir de ese trabajo artístico que no es simplemente reducirse a la cuestión del arte por el arte.

Speaking truth to a feeling I have often felt myself after entering the cultural sector, Danitza also spoke to the continual internal battle that plays out whilst doing creative work alongside activism that can feel more urgent. The questions ‘What is the best thing for me to be doing right now? How can I be most useful to the movement, or my community?’ are part of a continual critical dialogue that underpins meaningful work by artists looking to create as a key part of a wider social movement. 

Danitza: Me siento a veces un poco culpable porque me he dedicado a un ámbito del arte que no tiene nada que ver con la urgencia de las mujeres. Las mujeres, ¿qué están necesitando? Necesitan justicia, pensión familiar para sus wawas7…. Por otro lado, si nos dedicáramos sólo a resolver la cuestión urgente jurídica de las mujeres, no habría de trasfondo una propuesta teórica-conceptual que también es artística. Nos volveríamos un brazo operativo, unas bomberas para salvar de la emergencia a las mujeres. Entonces, es complicado, es ver todas esas aristas de lo que es la lucha. […]

Yo siempre me he peleado con la categoría de artista. Ya no me peleo tanto, pero era por esa cuestión arribista, tan vertical que está aquí todavía muy presente. Pero sí me ha gustado mucho la palabra “creadora”, por ejemplo. Estábamos en Mujeres Creando, y las chicas preguntaron: “¿Por qué somos ‘Mujeres Creando’? Podríamos ser mujeres luchando, mujeres resistiendo mujeres aguantando (eso hacemos también)”.

“Es Mujeres Creando,” nos dijo La María, “porque si tú estás aquí, es justamente porque has venido por eso, ¿no?” 

Unos de nuestros grafitis famosos dice: “La creatividad es nuestra fuerza de lucha” y ¡es cierto! 

La creatividad permite un sentido más satisfactorio a lo que tú haces, no te voy a decir que estar acá y generar actos políticos todo el tiempo es placentero, hay que aguantar muchas cosas. Pero cuando se hace una acción se piensa mucho en lo artístico y eso te permite [disfrutar un poco más], te permite adueñarte del espacio, te permite replantear lo que es el espacio público. 

La calle siempre está en pelea de occidentalizarse, de que todo esté limpio y ordenado. La ciudad siempre está peleándose con las mujeres que están vendiendo en la calle, con el desorden. Los grafitis justamente son una respuesta, porque no somos una sociedad occidental y lo que hacemos es intervenir en esas visiones, porque el discurso del poder, la estética del poder es esa, ¿no? Ordenarte, que todo esté perfecto, y que tú vayas y produzcas. Eso es lo que imagino en Inglaterra, no sé cómo será la cuestión urbana ahí.

Anahí: Todas estas tendencias que describes, ahí la sientes a niveles super fuertes. Por lo menos todavía acá existen intervenciones cotidianas de las mismas mujeres que salen a vender, de las personas que ocupan la calle, allá nadie lo hace. Además de que es ilegal, la gente ni se atreve a hacerlo porque la opresión y las ideas de lo que es correcto, lo que hace una ciudad “buena”, están profundamente internalizadas. También por eso tomar las calles es difícil (que es una estrategia que también se usa en Inglaterra) y no sólo porque la policía reprima, sino la misma imaginación de lo que puede ser posible en el espacio público es bastante limitada. A mí siempre me impresiona pensar en que nunca realmente ha habido una revolución en Inglaterra.

Danitza: Acá nosotras estamos luchando con que esa visión occidental mal copiada no se instale tan fácilmente, ¿no? Por otro lado, si bien existe esa visión occidental, ese colonialismo jodido, también está la traición de los compañeros hombres que son de movimientos indígenas o también los alternativos, los que son de izquierdas, los que están dispuestos a negociar con los patrones, pero a las mujeres ni las toman en cuenta. Es como esa doble opresión, ¿no? Por un lado, el patrón colonizador y por otro lado, tu mismo compañero que puede ser tan indígena como tú o tu compañero de izquierda. […] Una buena manera de confrontar todos esos discursos al mismo tiempo es el arte y es salir a las calles.

Tal vez tú lo ves como una estrategia. Dices una “estrategia” puede ser salir a las calles, pero aquí no hay de otra. Aquí la calle es el escenario máximo de contacto social y de lucha social. Aquí no puedes jugar una realidad social si no lo haces en la calle. 

Looking at the street as the ultimate public stage, Danitza also speaks to how the use of the streets in different ways has always been a part of Mujeres Creando’s practice. Beginning with a pamphlet in the 80s titled “Mujer Pública”, they expanded into graffiti, leaving verses and poems on the streets where they could be encountered and re-encountered in a more democratic way, drawing performative meaning from their public context. 

Graffiti by Mujeres Creando, ‘Entre machos y fachos, el pais de va al tacho (Between machos and facists, the country is going to the bin). Image from the Mujeres Creando Facebook.

Danitza: No es una cuestión panfletaria, sino más bien es generar una interrupción a un discurso que todo el tiempo te dice sométete, cállate, no hables, no, contestes, no te rebeles. […] Por ejemplo [un grafiti que me gusta] dice: “No hay nada más parecido a un machista de derecha que un machista de izquierdas” y dejar esa frase, no sé, frente a la COB y todos así de “¡Waa!” (finge sorpresa y consternación). Rápido lo tienen que borrar, ¿no? 

Anahí: Sé que han hecho muchas intervenciones. ¿Cuáles son las intervenciones que para ti han tenido más impacto en lo personal? ¿O cuáles han tenido una recepción súper fuerte?

Danitza: Hay una, cuando vino el Papa Francisco, hicimos una acción de repudio a su visita. Todo el país al unísono: […] los medios de comunicación, el gobierno, todos estaban felices, ¿no? Todos con el discurso de “Bienvenido el Papa”. También [para nosotras fue] una discusión sobre si lo hacíamos o no, porque aquí hay compañeras que han sido monjas. Hay compañeras que han sido aspirantes a monjas. Entonces te imaginas el conflicto y ‘emotivación’ de muchas. 

Action against Papa Francisco, Mujeres Creando, 6 July 2015. (Foto: AFP PHOTO/Jorge Bernal)

Para la acción, nos vestimos de monjas. Teníamos unos letreros jodidos que hablaban de la pedofilia en la Iglesia, de que no pagan impuestos, de que tienen un montón de de privilegios, de que tienen la universidad mas cara del pais, que tienen casas a donde han mandado un montón de curas Europeos denunciados, y también de su intrusión en la cuestión del aborto y la eutanasia… Aquí la Iglesia tiene mucho poder.

Esa acción fue uno o dos días antes de que llegara el Papa y todo el país estaba maquillándose para su llegada. Como estábamos tan bien producidas, primero fuimos a la Plaza Murillo porque es el territorio a conquistar. Todo el poder está ahí. Es esa lógica del pueblo de que en la plaza está el gobierno, la policía, el clero, todo junto. Simplemente teníamos que estar ahí y resistir, ni siquiera gritar – nada, pero también obviamente [teníamos que] conseguir las imágenes porque [eso es importante]. Si vas a hacer todo un despliegue en el espacio público con tanto riesgo, tienes que conseguir unas buenas imágenes para que queden como registro, pero no sólo como registro sino también para que sirvan de símbolo y de contra-respuesta a un discurso.

En principio no se daban cuenta quiénes éramos, venía la policía y decía: “Madre, ¿se puede retirar?”. Cuando se dieron cuenta de lo que decíamos, creo que incluso algunas hicieron su panza de embarazada por el cura y cuando se dieron cuenta de que la María estaba ahí, que estábamos con varios símbolos, había una hostia con un Cristo con cruz de penes (fue un poco el origen del Altar Blasfemo que hicimos con María y Esther Argollo)… Después, obviamente ya vinieron a arrastrarnos una por una, y la idea era un poco: si nos van a sacar, nos van a sacar arrastradas, pero tampoco vamos a pelear. […]

Entonces nos agarraron a cada una. Estábamos en una cadena, nos agarrárbamos brazo con brazo, pero te imaginas para nueve o diez mujeres, unos 50 policías, y sobre todo policías mujeres. Las primeras filas son las policías, en la segunda fila, ya vienen los hombres y tiran las patadas por atrás, tiran el gas pimienta por abajo, para que no se vea porque ya estaba la prensa también. […] 

Antes de que yo estuviera [en Mujeres Creando] se hacían arrestar las compañeras en las grafiteadas, venía la policía a meterlas a la celda. Varias compañeras conocen lo que es pasar un día presa, pero para mí iba a ser mi primera vez. Nos metieron a un bus, y yo dije: “Aquí ya fue. Nos van a meter y seguro va a ser un día”. Nos habíamos preparado ya para eso, hay que saber a lo que uno se arriesga. Y yo decía, pase lo que pase, si pasa algo le voy a llamar a mi hermana, mi mamá no se va a enterar, porque si se entera le va a dar un patatús. Ya nos metieron al bus y se fueron al quinto culo de la ciudad. Yo decía: “¿Pero dónde nos están llevando? ¿Por qué nos están llevando?” Y nos sacaron ahí en una ladera. Está es la [acción] que más recuerdo por esa sensación. Incluso teníamos mucho miedo porque decíamos, como va a venir el Papa, estos son capaces de hacernos algo o de secuestrarnos y no solamente hacer lo legal legal, ¿no?

Pero salieron las fotos. Entonces decíamos “Ya está hecho”, y nadie más […] que yo haya visto [hizo algo así durante su gira Latinoamericana ]. No es una cuestión de arte, para nosotras no es una cuestión territorial ocupar la calle, es una cuestión simbólica de ocupar el espacio público, no tanto de ir a vandalizar, sino intervenir discursos del poder. 

Por eso le hicimos una intervención al Colón, y a Isabela Católica. Tenemos una reina Española [en nuestra plaza], no tiene ningún sentido.

Action against Papa Francisco, Mujeres Creando, 6 July 2015. (Foto: AFP PHOTO/Jorge Bernal)

Anahí: Y han rebautizado esa plaza como Plaza de la Chola Globalizada, ¿no? Sigue ahí el graffiti. 

Danitza: Sí, se ha vuelto bien interesante. Cuando la volvimos chola, esa foto llegó a todos lados. Nunca había visto así, que una foto nuestra llegue a tanto. Llegó al extremo de que el Ministerio de Despatriarcalización se agarró la foto para uno de sus afiches. Les denunciamos por redes y la bajaron. ¿Pero qué mierdas les pasa? ¿Van a reprimir algo y después [van a] usar la foto sin [dar] crédito? Después, ONU Mujeres (es colonialismo, es liberalismo) igual usaron la foto…

Me acuerdo que estuve en una especie de seminario de un artista, Rogelio López Cuenca, quien estaba hablando mucho de los monumentos, cuando empezaron a hacer caer los monumentos de Colón y, sobre todo, cuando en Afganistán cayó la cabeza del dictador. Y decía: “Los monumentos son [una] extensión del discurso simbólico del poder”. Por eso tienen esa construcción tan vertical, esa concepción de vigilancia recordándote cuál es tu lugar. […]

Entonces intervenir es importantísimo, no es una cuestión simplemente de vandalismo. Siempre hemos peleado con eso: “Que no destruyan el espacio público”. El alcalde que tenemos sólo piensa en eso y la parte muy conservadora de la sociedad paceña que encima siempre es la parte más élite, la gente que tiene acceso a espacios culturales, siempre dice: “¡Ah, no! ¿Cómo van a destruir eso? ¿Cómo van a destrozar? Nos ha regalado Italia esa estatua”. (Se ríe). ¿Cómo no [lo] vas a destruir?

In all of Mujeres Creando’s interventions their actions have been reversible, using paint that is removable as well as putting clothes on statues, all of which come off easily.

Anahí: ¿Hay alguna otra acción que creativamente te haya gustado mucho producir? 

Danitza: Te puedo hablar del Altar Blasfemo, [una] acción y propuesta artística que fue muy intensa para mí. Es un trabajo que está firmado por tres personas: María Galindo, Danitza Luna y Esther Argollo. Estas vírgenes aquí [en el comedor de Virgen de los Deseos] las extrajimos del altar. 

En 2016, se hizo una Bienal en Bolivia. Son bienales bien elitistas, invitan muchos artistas extranjeros y también nacionales, pero ronda alrededor de un responsable – el curador. […]  La María tiene una trayectoria que ya envidiarían muchos elitistas aquí, ¿no? Dicen: “¿Por qué va una activista?”. Así que el curador le dijo a María: “Trae una de tus obras, ya que tú haces tanto afuera, ¿por qué no traes acá?”. Ella les dijoSi quieres que participe, entonces conseguíme una pared cerca de la Plaza Murillo, consígueme la pared del Museo Nacional de Arte o la fachada de la vicepresidencia. Si me das eso, sí. Nos contó y me dijo: Yo pensaba que no lo iba hacer, pensaba que era como mandarles a la mierda. ¡Que van a conseguir la pared de esa casa patrimonial!” [Pero en fin], consiguió la pared del Museo Nacional de Arte y María dijo: “¡Ahora hay que hacer [algo]!”.

They were only given two days to paint the wall, in the same week they were running a large feminist gathering, so they were only able to spend a day putting the work together before the opening of the exhibition. They took what they had already developed in the intervention for Papa Francisco, an unholy host, images of Christ carrying a cross made of penises, as well as new interpretations of feminist ‘virgins’, they built around this to make their work “Altar Blasfemo”. The wall they were working on was near Plaza Murillo, where they could once again make demands of both the church and the state. 

Danitza: No era sólo el altar, era una crítica al estado y a la Iglesia. A la Iglesia le [hicimos] un altar a nuestro estilo y al Estado, un escudo anti-chauvinista. Agarramos el escudo de Bolivia y lo transformamos al peor escudo. […] [Dijimos], vamos a crear vírgenes también. Las vírgenes van arriba, los Cristos van abajo y vamos a hacer un Papa masturbándose. Vamos a hacer a la Virgen de los Deseos, la Virgen de los Ovarios y la Virgen del Aborto. 

Fueron 24 horas de trabajo entre las tres. Eran unos ocho o nueve metros. A todas las compañeras del movimiento les dijimos que vinieran a ayudar aunque sea a poner una brocha. Y en la noche, cuando se empezaba a ver lo que era, vino gente, llamaron a la prensa, preguntando: “¿Quiénes son ustedes y qué están haciendo? ¿Están haciendo vandalismo?”.

Anahí: No, ¡es arte!

Altar Blasfemo, Mujeres Creando, 2016. Image form the Mujeres Creando Facebook.

Danitza: (Se ríe) Ni idea de qué era parte de una Bienal, de que había un permiso. Terminamos, con todas las interrupciones, a la medianoche. La idea era inaugurarlo al día siguiente, la Bienal, en teoría, se inauguraba en la noche y María dijo que nosotras hiciéramos una inauguración a las diez de la mañana, la nuestra, porque esa [otra] gente no nos interesa. ¿Acaso hemos podido? Al día siguiente amaneció super rayoneado, decía “Malditas Feminazis”, “Locas, estaba todo rayado, y no era que [lo] habían hecho en la oscuridad, había gente ese rato. Se empezó a armar una especie de masa de gente, gente de la Iglesia que estaba queriendo armar algo. Olvídate de la inauguración, la gente estaba queriendo derrumbar la pared casi. Y lo que más les jodia era el altar. Ni siquiera el escudo, y eso que el escudo estaba fuerte: Era un tipo prácticamente agarrando el peso del machismo, amarrado a su pene. [See more photos of this here]

Fue terrible, si hubiera habido piedras nos tiraban piedras, nos podrían lapidar. Vino la policía a cuidarnos, [al revés de lo usual]. Realmente aquí dije que es como destapar la costra y que salga la pus. Cuando [haces una imagen], el poder de la imagen genera una roncha social que revienta todo y te ayuda ver que tan enferma está tu sociedad. Dije, ¿este es el 2016? Parece que viviéramos en un pueblo en el 1800 y que si el cura dice quemenlas, nos van a quemar. Sentí una decepción de la sociedad en la que vivo, ¿no? Pero no toda la gente piensa así. Incluso salió el curador a decir felicidades chicas, y se volvió a meter (se ríe). 

Altar Blasfemo, Mujeres Creando, 2016. Image taken from CIMIENTOS via Mujeres Creando.

Anahí: Así siempre son: nada les importa. 

Danitza: Incluso el director del museo, [cuando] los periodistas fueron a preguntarle cómo habían permitido, dijo: “No, a mí no me han dicho, yo pensaba que iba a ser otra obra, no es mi responsabilidad”. Era una cretinez, un cretino. Ya sabía que la clase artística era así. 

Following the exhibition, they were commissioned to bring the Altar to an exhibition in Quito (Ecuador), where they were also censored after being placed right on the back of one of the oldest churches in the city. The exhibition was themed around transgressive feminist work titled ‘La intimidad es política’, and they shared a space with the Guerrilla Girls, Yoko Ono, and Marina Abramovic, and work by the Zapatistas.

Anahí: Una cosa que yo he estado trabajando es el tema de acuerpar política. ¿Acá trabajan alguna cosa así? ¿Ustedes hablan sobre lo que es acuerpar? 

Danitza: Hablamos mucho de poner el cuerpo, tiene mucho que ver con un principio ético, entre los varios que hay [en Mujeres Creando], que es hablar en primera persona, desde tu cuerpo, desde tu realidad de lo que tú sabes y no hablar por terceros, porque eso pasa también en el feminismo liberal, ¿no? Porque las blancas y las liberales quieren hablar por las indígenas, por las víctimas. Y por otro lado, poner el cuerpo también significa el salir a la calle. Porque tú, ¿cómo te vas a dar cuenta de lo que pasa en la sociedad si tú misma no te juegas la reacción de la sociedad con tu propio cuerpo, con tu propia voz?

Tu cuerpo eres tú y tu palabra. La primera acción que hicimos el día de la madre, en algún momento nos pusimos a cantar el himno a la madre y cuando la gente se dio cuenta de lo que se trataba, generó una reacción social y tú sientes esa reacción en ti también. Haces como una especie de reflejo de lo que estás haciendo. Yo sé que tiene que ver mucho con la performance, porque tiene un principio parecido, y a veces [se] confunden [con] que somos performers

Por un lado, si quieres categorizar [lo que hacemos] dentro del sistema de arte, si entra. Pero por otro lado, [lo que] estamos haciendo no es solo una categoría artística. Nos estamos jugando, si [hacer una] acción significa algo importante para mí como persona, y algo importante para el movimiento y quiero jugar mi libertad o mi integridad física por eso, entonces estoy poniendo el cuerpo. [Esto] no es lo mismo que hacer un panfleto, o publicar en una red social y ver qué pasa.[…] Otra cosa es poner el cuerpo y jugar tu propia voz y tus palabras, escucharte a ti misma. Sobre todo si eres mujer en este país, lo primero que te enseñan es: “cállate, cuidado digas algo demás, no seas gritona, no seas bocona”. Tomar tu propia voz no es fácil. Todavía nos cuesta ese proceso de gritar, e incluso saber qué vas a decir, ¿no?

No creo que nos cerremos [a que nos digan performers], pero por otro lado, sabemos que lo que nosotras estamos haciendo no es sólo eso y tiene mucho que ver con poner el cuerpo, sobre todo en la calle. La calle como escenario principal. 

Anahí: Hay un doble significado de poner cuerpo. Por ejemplo los performers, por un lado sí ponen el cuerpo físicamente, pero como tú dices, hay un doble significado de jugar tu cuerpo. No puedes salir del escenario de la calle de la misma manera que puedes salir del escenario performativo. 

Danitza: Está mucho más controlado, sobre todo la galería hace eso mucho. O sea, si haces una performance en la galería, está mucho más controlado hasta dónde quieres jugarte. Incluso el discurso que das también en una galería entras en un universo en el cual tú sabes que estás tratando en una pausa artística. [El público se permite] por un momento sentir lo que va a decir el artista, pero cuando sale a la calle va a vivir su realidad. [Se] acuerdan de la sensación, tal vez me gustará, me marcará, pero no es lo mismo y es diferente en la calle. 

We finished the conversation by returning to the role of creativity in political struggle, Danitza’s own journey through this as well as the paths of other compas around her who are working to weave their creative practice into political work. This approach to building a movement continues to stand out in a territory with a strong tradition of mobilizing but with a relatively choreographed way of taking the streets. 

Danitza: Vas entendiendo poco a poco que la lucha tiene una parte creativa. [El] trabajo creativo puede ser una motivación para tu trabajo político, pero tu trabajo político también puede alimentarse de tu trabajo creativo.Tu trabajo político puede tener una base conceptual en [lo] creativo, y puedes jugar con ambos.[…] Aquí [en Bolivia] hay un discurso de la lucha social todavía muy cuadrado, ¿no? O sea, la lucha social es sólo la marcha, sólo ir [con] pancarta y hacer alguna especie de destrozo o lo que sea, y ya… Esa es la lucha social, y no es tanto así. Por ejemplo, podría decirte que muchos de los colectivos feministas actuales fuera de Mujeres Creando [nos han] tomado como referente estético y como referente estratégico y como referente político. Entonces ya hay compañeras de otros colectivos que se animan a tirar pintura o hacer performances en la calle.

Speaking to her own practice as an artist, feminist, and activist, and what that means about making interventions in these spaces she says:

Danitza:  La etimología de la historia del arte es pues así, masculina y patriarcal. Y no hay nada que hacer. No es que tienes que arreglar lo que ya está hecho, sino que más bien hay que deshacerlo y desnudarlo, evidenciar que está mal. Yo tengo la intención de producir cosas para mí y para el movimiento, porque he encontrado que la postura feminista que he descubierto acá tiene que salir de [alguna manera tangible].

In April 2023 Danitza released the book: ‘Conceptos fundamentales para las luchas feministas’ (Fundamental concepts in feminist struggles), an adaptation of the book ‘Caliban and the Witch’ by Silvia Federici, featuring Danitza’s illustrations. This book was published by Mujeres Creando. 

To read more about Mujeres Creando, listen to their radio, and see updates on their work, you can go to their website and Facebook page. 


Danitza Luna lives and works in La Paz, Bolivia. Luna is a cartoonist, illustrator, and graphic designer, graduated in Visual Arts from the Universidad Mayor de San Andrés (Bolivia), specializing in sculpture. Since 2011, she has been part of the anarcho-feminist movement “Mujeres Creando”, one of the most important and influential political platforms in the country, which develops artistic projects and interventions in public spaces, as well as art workshops and educational programs in universities and women’s unions.


Footnotes:

1 Intuitive feminism is a term and approach to feminism used by Mujeres Creando and María Galindo in particular, which returns the power in theory making to “las rebeldes” / the rebels and to sites like the streets, el barrio and el mercado, it is a bottom up approach to theory and affirms that feminism is something that comes from first hand lived experience, not something made in institutional contexts. 

2 Central Obrera Boliviana, Bolivian Workers Centre the biggest trade union federation in Bolivia. 

3 Office of the Ombudsman, literally translates to the Defensors of the People, this is an institution that has been established by the constitution to safeguard and fight for the human rights of the country. It is supposed to be independent of the state. 

4 Confederación Pueblos Indígenas De Bolivia/Confederation of Indigenous Peoples of Bolivia.

5 Chola, is a term used for an indigenous woman, one who usually wears traditional clothes. It can be in a derogatory manner, with racist tones.

6 Birlocha is a term used in Bolivia to refer to a woman who is rude, vulgar, crude, a slut. The word’s epistemology goes back to colonial times where it was used to definie indigenous women who dressed as ‘upper class’ or to mestiza women who did not wear formal clothing correctly, removing underskirts etc.  

Quechua word for baby or child.

Lead image: Altar Blasfemo, Mujeres Creando, 2016. Image taken from CIMIENTOS via Mujeres Creando.

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