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Pensamiento semilla/ Seed thinking | Interview with Germinal (Spanglish)

14th August 2023

This text is part of Anahí Saravia Herrera’s commission Embodying Resistance/Encuerpando Resistencia: unfinished reflections from the Bolivian territory – see the full commission with further interviews and texts HERE

“Soy Germinal, un semillero de investigación, una constante inaugural, al inicio más de una docena de cuerpxs me componían, ahora mismo 2 curanderas piensan junto a mi. Pensamos en clave de compost e intentamos ejercitar el tiempo en estrategias circulares de pensamiento, vivo por temporadas. Vi la luz en medio de un proceso de post-pandemia. Nací en un jardín en Sucre, Bolivia. En una cocina en El Alto, La Paz; en otras varias cocinas y macetas y apartamentos en edificios del oriente boliviano; a lo largo de un territorio que no necesariamente todas nos encontramos pisando: es por eso que labramos virtualmente la tierra de nuestros nuevos parentescos. Soy hija de la virtualidad, nací en el afecto provocado: traigo para nosotras un pensamiento semilla: El kepicheo1 como gesto descolonizador de conocimientos y La cura[nde][du]ría como dispositivo de cuidado: un despliegue desde y para una curaduría contemporánea, una transformación necesaria de las relaciones establecidas con respecto del trabajo del otrx, dentro del mundo del arte.”

Germinal (here making reference to the word germinar, to germinate) is a project that was born from a desire to gather and create space for dialogue with those with an interest in that which we call ‘live art’ being something that goes beyond an artistic product, but rather a process of sharing, dialogue, connection and a space where the sensuous and the creative can meet life. It is a space for stewing and thinking collectively with those within and outside conventional art spaces, with a particular sensibility towards art and a desire to seek out knowledge from spaces of agriculture or land tending and what they can offer to a process of collective growth. The first iteration of the project Germinal: Semillero de investigación para las artes vivas (Germinal: Seedbed for the research in live art) was started in 2021 by Paulina Oña and Tika Michel, initially hosted at the Centro Cultural de España in La Paz virtually during the pandemic. Since then, Germinal has hosted more gatherings in person and online. Their second largescale gathering was in 2022, Tejeduria Germinal: Mesas de trabajo para pensar las artes vivas desde el territorio boliviano (Germinal Weaving: Working group to think through live art from the Bolivian territory).

They use the structure of a semillero to gather and structure their research, stemming from the word ‘semilla’ or seed. Semillero is a term used to describe a research space to seed ideas, typically in academic contexts but also outside of them. There isn’t quite an equivalent term in English that I know of, but terms like ‘seed bed’ capture the literal meaning of the word and the intention behind the project. 

Paulina and Tika met through the Maestrá Interdiciplinaria en Teatro y Artes Vivas/ Interdisciplinary Masters in Theatre and Live Art  at the National University of Colombia. Both had migrated there to study from Bolivia and after finishing their masters, were looking for a space to seek out performative interdisciplinary practices, with the intention to subvert academic spaces for research and open this up to a wider audience. In doing this they were led to question and consider everything that could be live art, especially in a context like Bolivia with cultural practices that may not label themselves as such. What has resulted is a project with an emphasis on the research process over the outcome which looks toward live art practice as life long, and at creative practices not categorically but as open-ended and entangled with the everyday. 

Note on translation and the final research: 

As someone with access to both Spanish and English, this research has happened across both as well as through local dialects. The final works are edited versions of our conversations, which took place in Spanish with interjections in slang, Aimara and Quechua. The original version of this final text is in Spanglish, with my reflections in English. I have also provided a full English translation. The texts in Spanish were edited with the support of Camilla de la Parra, who also consulted on the translation.

See the English version of the text, with a translated conversation, HERE.


Participation in the semillero gathering Kuyuy, 2022, Cochabamba, Bolivia

We met in early 2023 on Zoom and spoke about everything the project had brought them.

Anahí: ¿De dónde surgió la idea de Germinal? ¿Cómo llegaron a la metodología del semillero como parte de la práctica? 

Paulina: Después del periodo de confinamiento [y el fin de nuestra preparación académica], surgió la necesidad para nosotras de encontrar interlocutores e interlocutoras. Ya habíamos empezado a tener estos intercambios acá en Colombia, pero de alguna manera, para nosotras era importante trasladarlo o buscar estos mismos espacios de conocimiento que habíamos estado atravesando en la maestría. Es un espacio de mucho extrañamiento, de mucha conmoción. Es un espacio de mucha experimentación también. Ese deseo de encontrar este lugar tan desafiante para el pensamiento, y no solamente desde las  prácticas artísticas, sino también desde las pulsaciones vitales que se llevan a cabo para poder encontrar estos lenguajes, estos dispositivos que proponen las artes vivas. A nosotras eso nos puso en ese lugar, de porque queríamos hacer eso. 

Nos remitimos a la figura de semillero que, a pesar de ser una figura muy académica, nosotras habíamos rozado por ese espacio, un espacio académico llevado a cabo por un profesor, [lo que] tiene jerarquía, de alguna manera. Nos parecía como una figura interesante, si es que lográbamos darle vuelta, si es que lográbamos proponer un espacio horizontal para el semillero, si es que llegábamos a quitar esas jerarquías que existían y conservar el espíritu de búsqueda e investigación que tiene el semillero. Y crear también un espacio de encuentro con muchas otras personas que quizás no son exactamente de la misma línea de investigación que tú tienes. Entonces, sin perder ese deseo de búsqueda, de investigación y de juego, asumimos el nombre “semillero”. 

Había llegado un momento en que imaginábamos a la semilla como potencia creadora, como potencia mínima que trae consigo muchas posibilidades que quizás no están en nuestras manos. Después de eso, ya nos fuimos dando cuenta, no solamente de la semilla como unidad, como potencia, sino también de todo lo que implica: el terreno donde se encuentra, las condiciones, las contradicciones que implican, y todos estos procesos vitales, la vida o muerte que atraviesan, y todo lo que alrededor podría ocurrir. Nosotras nos juntamos a la voz de que ha llegado el tiempo de las de las tejedoras. Es momento de tirar semilla, a donde sea, a ver qué pasa.

Durante estos dos primeros años, hemos tenido el apoyo y financiamiento del Centro Cultural de España en La Paz (Bolivia), quienes estaban muy interesados en tener un programa de artes vivas. Porque no podemos negarlo, hasta la fecha y [desde hace] dos años, es un término que está siendo muy utilizado, reflexionado, incluso categorizado, para nombrar ciertas prácticas que quizás no encuentran un lugar en dónde sostenerse dadas sus condiciones más subversivas y outsiders. En cuanto a las prácticas que proponen, que no es sólo performances, no es sólo teatro, no es sólo danza, sino que están atravesadas por las potencias vitales de los cuerpos, las cuerpas y les cuerpes que están ahí presentes en estas manifestaciones. Entonces, en ese sentido, pues a ellos les resonó bastante que pudiéramos llevar a cabo este proceso, tomando en cuenta que habíamos estado inmersas en unos espacios con ciertas personas, incluyendo a colectivos que están muy, muy fuertes y muy potentes en este momento.

Anahí: El primer encuentro en 2021, les llevó a buscar todas esas reflexiones. Para organizar el proyecto, abrieron una convocatoria e invitaron a diferentes personas. ¿Cómo les fue con ese proceso de crear una cuerpa para el proyecto? 

Tika: Veníamos mascullando la idea de querer compartir con personas acá en Bolivia. Sobre todo, queríamos invitar y relacionarnos con las personas y profesores que habíamos [conocido] en Colombia, y otras personas de otros lugares. 

Cuando presentamos el proyecto, conversamos con varios de nuestros ex-profesores y otras personas con pensamientos e investigaciones interesantes, y lanzamos una convocatoria. Hicimos el proyecto de cinco meses. Era super largo, y lo dividimos en cuatro tiempos. La cuestión era que cada tiempo tuviera ciertos tópicos, ciertas ideas de partida con ciertos invitados relacionados a esos tópicos.

Entonces, se abrió la convocatoria y la gente entró. Una de las cosas que más nos gustó es que hubo gente, aunque poca, que se quedó desde el primer tiempo hasta el último, y que fueron personas con las que actualmente seguimos [colaborando]. Cuando empezamos, dijimos: “Después, podemos armar un grupo, veremos qué pasa”, pero todavía en nuestras cabezas no estaba configurado cuál era el cuerpo de este semillero. 

Fue pasando el tiempo y las personas salían y entraban, ese aire del espacio que generaban, era el que nos fortalecía cada vez más, ¿no? O sea, entraba nueva gente, salían, había gente que se quedaba dos días, otra gente que se quedaba sólo un tiempo, otros dos tiempos, y los permanentes. Al final de ese proyecto de primera instancia, nos dimos cuenta de que ese era el cuerpo del semillero. Nosotras íbamos a estar ahí, igual cada una con sus con sus proyectos, otro grupo que está un poco más cercano, pero igual tienen sus proyectos alrededor, y otros grupos más que aparecen, salen, entran y están ahí influyendo. Igual, eso ha abierto muchos cuestionamientos y muchas preguntas éticas en torno a las autorías, lo que siempre genera un problema, sobre todo cuando tienes que postular para financiamientos y cosas así. Pero por suerte, igual ha habido todo un momento de [reflexión sobre esto]. A partir de ahí, claro que ha habido otro tipo de ramificaciones, de instancias y territorios también. Pero el cuerpo se ha tomado en ese inicio.

Paulina: Pues yo creo que nosotras hemos aprendido un montón de esta experiencia con el semillero, porque para nosotras Germinal tiene una vida propia, hace lo suyo, convoca a la gente que tiene que convocar. Y nos damos cuenta de que, efectivamente, esto era como [para] quien pueda, quien quiera, quien tenga tiempo. Quien tenga el deseo de estar, va a estar y sin tanta presión de consolidar algo, ¿no? Eso creo que ha sido lo que le ha dado la posibilidad de seguir estando, de seguir en los tiempos en los cuales se va proponiendo.

Otra cosa que también es importante recalcar, es que toda esta primera etapa fue virtual. Estábamos en un momento de confinamiento, en un momento todavía fuerte de la pandemia en diferentes territorios. Yo ya había vuelto acá a Bogotá, Tika se encontraba todavía en Bolivia. Entonces también, era eso, ¿no? ¿Cómo vamos a resolver este cuerpo sin cuerpo? Efectivamente, al asumirnos hijas de la virtualidad, [hubo que] entender que ese espacio y ese relacionamiento se había dado desde ese lugar. Ese espacio también ha deseado ser presencial, y más adelante también nos hemos conocido, nos hemos encontrado. Eso creo que ha sido una de las cosas más chéveres que ha pasado con el semillero, que no se ha quedado como en ese espacio (virtual), sino que muta y va por donde quiere estar, en donde quiere germinar. […]

Si hubiéramos quedado en ese pensamiento de: “Yo sí o sí tengo que estar en Bolivia para hacer esto”, otra cosa hubiera sido, pero creo que le hemos dado apertura a esta calidad de presencia que hemos propuesto, que ha hecho que los diálogos entren por otros espacios y que el compartir haya sido de otra manera. Seguramente todo esto devino a que después, el encuentro y la carne se volvió demasiado importante, para que finalmente ocurra en 2022 en Cochabamba2.

Anahí: Es importante que hayan creado ese espacio dentro del contexto boliviano, donde por lo general no hay ninguna carrera o espacio formal donde se pueda experimentar con  prácticas fuera de las bellas artes, el arte multidisciplinario, por ejemplo, o la perfomance. No sé si ustedes lo ven igual, o si han visto que los artistas que han llegado a su proyecto eran artistas que de alguna manera no encontraban casa en otros espacios.

Tika: Creo que en un inicio nunca nos hemos restringido a convocar solamente a artistas, y más en el contexto boliviano, porque es una categoría bastante subjetiva. Obviamente, para muchas personas, es el oficio, pero hay todo un rango en el que oscilan las profesiones bastante convencionales y las artísticas, y ahí empieza a haber unas mezclas bastante características de Latinoamérica. No sabíamos cómo convocar para no solamente restringirnos a gente que está interesada en las artes. Evidentemente, al final, las personas que se han quedado, son personas que trabajan en muchas otras áreas, pero que también tienen unas prácticas sensibles a lo artístico. […]

El hecho de que no haya espacios en Bolivia realmente es una huevada, pero al mismo tiempo, son oportunidades, porque las personas con las que te encuentras vienen desde sí mismas, desde una exploración muy auténtica. No desde un “yo aprendí y lo hago de cierta forma”, sino desde unas intuiciones y unas búsquedas muy de la entraña, muy del deseo. Cuando aparece el encuentro, esto ebulle. No está tan ligado a un ritmo académico o a un ritmo de investigación en el sentido convencional.

Throughout the first iteration of the project, Germinal worked closely with the Semillero de Artes Vivas in Pachuco, Mexico who acted as witnesses to their process, a kind of critical friend to be present throughout as a way to feedback to the project. When the project started, their first suggestion was that, essentially, they bring their hands to the soil, and together, quite physically, get involved in germinating and seeding together. This brought further reflections on what it means to host and grow knowledge together, not just on artist practices but on how these intersect with life around us. 

tráfico de semillas/ seed trafficking, Germinal

Paulina: […] Siento que por eso, pensar la semilla desde sus performatividades, desde estos espacios, impulsa otras reflexiones, ¿no? Decir: “Okey, ¿qué tengo que echar? ¿Qué tengo que hacer? ¿Qué es lo de compost que escucho todo el tiempo?” Realmente hay que]entrar en la frustración de no poder sembrar nada, o de que se te muera todo. Considero que esto dio paso a poder ver otros lugares desde donde se podía mirar eso que yo estaba haciendo, que yo llamaba arte, que yo llamaba artesanía, que yo llamaba mi práctica, mi oficio. 

Nosotros queremos insistir, queremos mirar al artista como se le mira desde otras cosmovisiones: el artista agricultor, el artista poeta, el artista que ve las estrellas como se podría ver desde una cosmovisión andina. No es necesariamente desde la virtuosidad que nace algo, sino de lo que pulsa en el cuerpo para que ese algo pueda ser hecho. Muchas de las personas que se quedaron tienen un conocimiento de la tierra que para nosotros es fundamental. Es vital tener una charla con estas personas. Son las personas que están mucho más cerca de otro tipo de procesos y, por ende, también son otro tipos de relacionamientos comunitarios con su entorno, con sus prácticas activistas. […]

Todo el mundo, cuando postuló, preguntó: “¿Puedo traer mi proyecto?”. Y claro, obvio que pueden traerlo, pero no vamos a trabajar en su proyecto. En ese sentido de clínica de arte, no vamos a hacer esa curaduría limpia para que te quede perfecto, sino más bien ponerte en tal conflicto, que te lo cuestiones, y que ese proyecto de arte se convierta en un proyecto de vida. Que el proyecto se convierta en otra cosa de la que puedas charlar con otras personas que no necesariamente son artistas y que quizás te van aportar muchísimo más desde un saber ancestral, un saber de las manos, un saber de otros tipos de acercamiento a lo que para nosotras engloba todo este espacio de práctica sensible, más que artística, ¿no? Trabajar sobre lo sensible es lo que nos ha ido impulsando a continuar con el proyecto.

Thinking about the role of the body, a big part of Paulina and Tika’s work, is through sense and the sensuous, and where that sits in knowledge-making. Reading through their texts, it’s impossible not to imagine the gestures that run across them, from disentangling yarn to burrowing your hand in the dirt. Their research brought them to collaborate with researcher and thinker Marie Bardet, who is thinking through gesture, bringing them to think beyond the body as an essential and individual entity and towards the body as something that is interlinked, in an ecology that is made up of common gestures and relationships to others. Bardet has written a text titled Hacer mundos con gestos (Making a world with gestures) – which is an interesting reference for this. Thinking about where the body sits in their project space, they said: 

Paulina: Siento que el cuerpo aparece cuando aparecen las otras. Y eso es algo que está completamente presente en todas las prácticas de siembra, en todos estos espacios para pensar las plantas, lo rizomático. Todo esto que está ahora muy fuerte con el micelio, hay un lugar donde el cuerpo se manifiesta a través de les otres, de la alteridad. Sin necesidad de quedarnos en esas palabras, “alteridad” y “gesto”, sin necesidad de quedarnos solamente en el concepto, o en cómo se nos ha regalado estas palabras o estas definiciones, sino también pensando en cómo hacer gesto con el cuerpo. […] Ya después, poner el cuerpo frente a una cámara, tratar de compartir algunos gestos juntas, limpiar, lavar, sembrar, cosechar, perseguir pastos silvestres por las calles con el teléfono. Todas estas pequeñas provocaciones, de alguna manera han ido sacando al cuerpo como palabra con concepto, de una cosa muy cabezona, a otro lugar dónde cada quien, a partir de las  prácticas que se proponían, puedan empezar a acuerpar estas investigaciones. 

Anahí: Me interesa mucho su experiencia con el uso de los términos “artes vivas” y “performance”. Dentro del contexto del proyecto, ustedes hacen referencia a una diferencia entre lo que encaja en cada una de estas prácticas, ¿me podrían contar más sobre esto? 

Tika: Yo creo que en ciertos puntos, son prácticas que se tocan, [que] pueden compartir muchas cosas. Siempre hemos entrado en ese conflicto y en ese diálogo de ¿qué es? […] En el último encuentro que hemos tenido en colectivo, han habido unos espacios para tratar de definir esos términos. Una de las cosas que quedó clara es que las ‘artes vivas’ son una instancia, un momento qué va a pasar. Así como el cubismo ya ha pasado. Lo que no necesariamente va a pasar, son las formas en que se manifiestan y suceden ciertas transformaciones y cambios que son parte de la vida misma.

En el momento que las instituciones empiezan a tomar estos [términos], de repente las instituciones las financian, y eso es lo que está pasando aquí. De ser una intuición, de encontrar un espacio (porque yo no encuentro mi espacio y este es el que más o menos le da cuerpo), de repente eso se institucionaliza y poco a poco va perdiendo su fuerza. De alguna forma, estamos más ligadas a eso porque obviamente hemos estudiado algo con ese título. Entendemos que es un título y que lo que está por debajo son esas formas de manifestación, esas prácticas que se seguirán juntando y seguiremos explorando, y son las [formas] que nosotros llamaríamos nuestro arte, nuestra forma de de atravesar estos espacios artísticos, académicos, sociales… Creo que he complejizado más todo, ¡pero es la verdad! 

Paulina: El término “artes vivas” también llega a Colombia, obviamente tomando el live art del Occidente. De todas maneras yo siento que lo que [las artes vivas] hacen acá es como una especie de canibalismo. Una cosa antropófaga ocurre con ese término. Decir “live art” en Europa y “artes vivas” acá en Colombia son cosas completamente diferentes porque acá está muy contaminado de su contexto, de los 50 años de guerra que tienen, [de los] procesos políticos, de estos otros espacios donde se hace arte, que son completamente diferentes a lo que pasa en Bolivia, a pesar de que que tienen Sudamérica en común. Entonces ese término está muy manoseado acá, muy atravesado por muchas cosas. […]

Cuando nosotras el año pasado dijimos: “Okay, queremos armar una mesa de trabajo para trabajar esta idea de las artes vivas en Bolivia”, […] muchas de las personas que entraron, llegaron con mucha curiosidad. […] Sin embargo, no terminamos de decir qué era. […] Ya después, cuando tuvimos unas cómplices muy fantásticas que fueron Sofía Mejía [de Colombia] y Marie Bardet [basada en Buenos Aires], ambas provenientes de la academia, desde ahí dijimos: “Chicas, a ver, ¿qué es esto?” Y ellas, sin saber mucho del contexto boliviano, propusieron una serie de formas de auscultar esto y propusieron que quizás las artes vivas han estado ocurriendo en Bolivia desde muchísimo antes de que hubiera una carrera acá, pero no se nombraban así. Quizás, más que concentrarnos en el término, había que concentrarse en las prácticas, que podrían estar inmersas dentro de esta comunidad de conspiradores. […] 

Ese deseo, creo que era lo que más se quedó para nosotras después de estas mesas de trabajo. En fin, fue como que: ¿Cuál mesa? ¡Nada! Hagamos una fogata, pongamos agua y charlemos. Y al final, terminó siendo eso. Muchas veces, Germinal y todos estos procesos nos muestran que, efectivamente, [lo único que se puede proponer o que se puede provocar es ese espacio del encuentro]. Las artes vivas, efectivamente, dejan una comunidad, una comunidad para olisquear, decíamos… […]

Y creo que para nosotras, más que performance en sí, como tal categoría, creo lo que nos interesa mucho son las performatividades: toda esta parte, desde el gesto, las posibilidades de estar haciendo [esto] (siempre en gerundio para que se pueda dar algo más que un verbo cerrado). Sobre todo pensar en cuáles son nuestros parentescos: ¿De dónde se agarra de la danza?, ¿del teatro? ¿De dónde vienen esas complicidades? ¿Quiénes son nuestros cómplices? ¿A quiénes citamos? ¿Con quiénes estamos hablando? […] Para nosotras, está bien implícito: la brujería como tecnología para todos estos espacios, frente a la ciencia, frente a lo que ya se sabe, que está cerrado, frente a todos estos conocimientos que son más categóricos. […]

Trafico de Semillas (Seed Trafficking), Map made by Ivanova Gutierrez

Returning to the topic of working transnationally and how the project has opened doors to include diasporic voices in the conversation, we spoke about what it means to speak from and to a locality, from the diaspora and how this can sit separately from nationalistic longing or connections across constructed national identities. 

Paulina: Pensamos en esa diáspora, no como esta diáspora nacionalista que tiene que comer sus salteñas sí o sí el 6 de Agosto3, […] sino más bien: ¿Cómo es que se carga un territorio dentro de una misma? ¿Cómo es que yo me traigo a la montaña? ¿Cómo es que yo pienso desde otros espacios territoriales y políticos? Eso que llamamos Bolivia, con todas sus contradicciones, sin entrar en un chauvinismo, sin entrar en una nacionalismo. Creo que en ese sentido, ha sido bien importante para nosotros continuar con ese diálogo y entrar en este espacio, porque consideramos que es un tipo de tráfico, también. El tráfico es algo que nosotras hemos ido alimentando muy fuertemente y hemos tratado de entender, quitándole toda esa carga moral que tiene la palabra “traficar” en cuanto a lo que son las fronteras y las opciones migratorias que existen, ¿no? 

Entonces, esa conversación se propone sobre todo por ese interés de que Bolivia no solamente está ahí en [kilómetros cuadrados], sino que efectivamente cada persona la lleva a su manera. Por ejemplo una amiga, Sharon Mercado, que vive en Berlín trabaja desde la cumbia y tecnocumbia, trabaja desde este lugar de la fiesta, la cerveza, el desborde. O sea, puede ser Bolivia o puede ser Zimbabue, ¿me entiendes? Tiene como características particulares que hacen que, [desde] donde está hablando, sea este espacio que ella considera su forma de estar y de ser y de pensar en, para y con Bolivia, ¿no? Entonces eso era algo que nos interesaba sobre todo para abrir el diálogo y no pensarlo solamente en un nivel GPS, [sino] a un nivel situado desde ese lugar. Y abrír la posibilidad de pensar de una manera situada. Ese espacio de brújula, más que de un mapa o más que de un geolocalizador, pensarlo más desde este espacio ético que hace que cuestiones y no solamente vanaglories tus costumbres, tus formas, tu contexto, sino también que entres en todas esas contradicciones. [Considerábamos que lo bueno de hacerlo transfronterizo] tenía que ver con esa posibilidad de ida y vuelta.

Tika: […] Hasta ahora, dentro de Germinal, los encuentros y aperturas que hemos tenido han sido así. La anterior versión ha sido específicamente para [gente boliviana], para que ese pensamiento de artes vivas y de todo lo que es arte, empiece a trastocarse, manosearse, por estas personas que tienen un imaginario en común y diferente, también. Y que esos conceptos empiecen a tener sus propios significados. Personalmente, es una de las angustias que siempre tengo. Nosotros hemos tenido el privilegio de poder salir y estudiar afuera. ¿Qué estudiamos? Conceptos y cosas traídas de Europa. Entonces somos partes de ese mecanismo colonialista de pensamiento, ¿no? ¿Cómo asumimos esa responsabilidad para que esos pensamientos que de alguna forma [han tenido] esa cadena colonial, se puedan subvertir un poco? ¿Cómo nos hacemos cargo de esos privilegios de conocimiento para no ser nosotras las que venimos a “enseñar”? Porque no queremos eso. Yo creo que hay una responsabilidad ahí de darle la vuelta a eso para que muchos conocimientos y cosas que son muy interesantes, puedan re-pensarse, re-escribirse, re-interpretarse y cobrar sentido en ese territorio con esas personas que tienen un imaginario [en común] y un sentido de haber habitado ese espacio.

Anahí: Mi última pregunta es, después de su segundo encuentro y de haber visto y trabajado la ecología de artes vivas en Bolivia, ¿qué ha surgido del proyecto? 

Paulina: Una de las cosas más importantes es que le hemos quitado tanta importancia al término de “artes vivas” y [nos hemos dado] cuenta de que al escarbar en estas prácticas de cada quien, hemos podido encontrar todas las potencias que podrían estar inmersas dentro del campo de las artes vivas, sin necesidad de decirles ese nombre. Quizás Bolivia no necesita nombrar las cosas, Bolivia las hace. […] Yo siento que hay veces que hacemos todo ese proceso para llegar a darnos cuenta de que no es tan relevante darle un nombre a las cosas que ocurren en un país de contradicciones tan fuertes como Bolivia. Esa sería una de las cosas que al final hemos visto. 

Tika: Por otro lado, también darnos cuenta de que, al hacer esto, al abrir y al romper esta categoría y esta definición [de lo que son las artes vivas], lo que sucede es que te das cuenta que hay un montón de gente haciendo, trabajando, que no lo nombra desde ahí y que tú no lo habías visto desde ahí. Siempre hay esta idea de que los artistas somos poquitos en Bolivia, nos conocemos todos y esa es una afirmación totalmente falsa. Toca ir a otros espacios, toca hacer otras cosas, toca moverse no en tu lugar confortable y seguro, donde estás acostumbrado a hacer tus prácticas. La gente está haciendo esto todos los días, de todas formas. […]

Paulina: Pensamos que las artes vivas en Bolivia tienen que ver con una manera de estimular la vida en las prácticas que tenemos. Son formas muy diferentes, algunas [personas] desde la agricultura, algunas otras desde la escritura, algunas desde el activismo, todas parten de diferentes espacios que no tienen que ver con una técnica virtuosa de lo que hacen, sino de ¿cómo hago que esto aún me cuestione? ¿Que todavía siga enojándome cada vez que estoy por terminar de hacer algo? […] Esa forma de estimular tiene que ver con las artes vivas en ese territorio en particular y creo que eso es algo muy chévere. Más que terminar con un decálogo, con una enciclopedia sobre lo que son las artes vivas en Bolivia, lo que pasa mucho, ¿no? Desde Iberoamérica, van a decir lo que son las artes vivas en Latinoamérica, entonces agarran un puñado de 10 gentes y las ponen en un libro, ¿y qué? Esa es una forma de, como dices, mapear. Pero también hay que cuestionar ese mapa. Más bien, hay que presentarse más por este otro espacio de pensamiento situado, por otro espacio no geolocalizado, ¿no? Abrir el mapa, ampliarlo a un atlas, ampliarlo a otro lugar, apagar el GPS. Entonces, en ese sentido, creo que hasta nos reconforta porque nos pone en un lugar en el que [odemos decir: “¿Todo esto para eso?” Encontramos que, efectivamente, la respuesta era mucho más simple de lo que habíamos estado pensando. En cuanto a ese particular deseo que tuvimos el año pasado de pensar el término de “artes vivas”, es importante no darlo por hecho […] es algo que se va haciendo, y creo que esa es una de las grandes potencias de Bolivia – todo lo que se está haciendo todavía.

As I close this interview, I am holding on to everything that is still to be opened, explored, and determined through the lens of live art not as a category for practice, but as a process through which to question, and an invitation to dissolve the boundaries of ‘art’ and ‘life’. 


More information on Germinal can be found on their instagram: @germinalsemillerobolivia, and through a blog page on the Centro Cultural de España website here (as of August 2023 this was not available but should become available soon). 

Tika Michel: Soy tika, soy diseñadora gráfica y artista interdisciplinar, mis prácticas oscilan entre el caminar, la ficción y los encuentros. He trabajado como actriz desde 2004 y a partir del 2013 incursioné en la investigación de lenguajes artísticos expandidos y el performance. El 2018 cursé la Maestría Interdisciplinar en Teatro y Artes Vivas de la Universidad Nacional de Colombia y como una secuela de esta experiencia, el 2021 nace Germinal, semillero de investigación para las vivas: un espacio de formación indisciplinado, horizontal y colectivo que continúa su expansión a la fecha. He trabajado con colectivos en residencias y en colaboraciones en varios países de latinoamérica. Actualmente reside en Cochabamba-Bolivia, realizando proyectos de intercambio e investigación artística.

Paulina Oña: Mi nombre es Paola Oña, soy la quinta de siete hijos, nací en Bolivia después de la migración que hicieron mis padres con mis hermanos mayores desde Buenos Aires-Argentina, comenzaban los procesos de dictadura en América del Sur y con ellos, la inflación. Tengo una profesión que nunca llegué a ejercer (soy abogada), pero que me posibilita cursar la Maestría Interdisciplinar en Teatro y Artes Vivas de la Universidad de Colombia en 2017: decidí migrar porque quería estudiar. Soy Paulina Oña, artista interdisciplinar. Mi práctica artística está conformada por una serie de gestos que componen, no solo mis espacios sensibles, sino también aquellas esferas de resistencia que me constituyen como migrante, sudaca, hija de plomero y costurera, bruja en devenir no binario (nombrarme mujer me conflictúa cada vez más). Mi práctica artística oscila entre la ficción de las palabras y la generación de imágenes y sensaciones, entre lo real y lo virtual, entre las teatralidades y las performatividades.


Footnotes:

1Cuento Kepi, in Aimara is a way of talking about people who spreads gossip, rumour and stories as a way of disruption. Kepicheo, is a word invented from ‘Kepi’, making it read as a verb.  

2 Cochabamba is a city in Bolivia

6th of August is Bolivia’s day of independence, a salteña is a traditional patty made across the country. 

Lead Image: Participation in the semillero gathering Kuyuy, 2022, Cochabamba, Bolivia

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